CUATRO CONVERSACIONES PARA UNA SONRISA


 1. Comencemos por la que sostienen los dos sicarios del gánster Marsellus Wallace –Vincent y Jules- en Pulp Fiction, yendo camino del “trabajo”:
- Jules: ¿Recuerdas a Antwan Rockamora? Medio negro, medio samoano, al que solían llaman Tony Rocky Horror.
 - Vincent: Sí, quizá. ¿Un tipo gordo?
- Jules: Yo no llegaría a llamar gordo a ese hermano. Tiene un problema de peso. ¿Qué le va a hacer ese moreno? Es un samoano.


2. Esta de la película de John Ford Pasión de los fuertes, que Sabina homenajeó o plagió, vaya usted a saber, –me refiero a la conversación- en su canción El café de Nicanor.
Hay una secuencia en la que el celebérrimo sheriff Wyatt Earp (Henry Fonda), acodado en la barra del bar habla con Mac, el barman (J. Farrell McDonald):
- Wyatt: “Mac, ¿nunca has estado enamorado?”
y éste, adusto, sin dejar de secar los vasos recién fregados, le responde:
- “No señor, he sido camarero toda mi vida.”





3. Esta, de la película de J.L. Saenz de Heredia A mí no me mire usted.
Anselmo, el desdichado maestro de escuela, habla con el alguacil del pueblo tratando de sonsacarle información sobre un forastero:

- El maestro: ¿Es arquitecto?
- El alguacil: No señor, de mi estatura.




4. Por último, esta, real como la vida misma, sucedida en la taberna de Pica Lagartos; estaban, como en tantas otras ocasiones, compartiendo botella y charla con Max, sus compadres de fatigas el empleado del fielato, el guindilla y el plumilla, éste lo contó.
- El del fielato: ¿Y sabéis que la lechuga es anafrodisiaca?
- El guindilla: ¿Anaqué?
- El del fielato: ¡¡A-NA-FRO-DI-SIA-CA!!
-El guindilla: Ahhhh, por el culo ¿no?
Agosto, 2017